Leche de almendras

Bueno, bueno, bueno!, qué emocionante el nacimiento de mi blog y qué ilusión me hace ver tantas personas interesadas y que me regalan y envían su cariño y afecto. Os aseguro que me ha llegado vía directa al corazón 🙂 Ays… pues lo dicho, que este recibimiento se merece oooootra entrada rica riquísima, que forma parte de mis clásicos desde que dejé los lácteos… y es que esta leche de almendras es de mis favoritas, porque es completa en nutrientes, que incluyen calcio, que es a lo que más teme todo el mundo cuando decide dejar la leche de vaca y sus derivados, pensando que van a carecer de él. Como ya os dije en el post de la leche de chufa, al resto de leches vegetales podéis añadir una cucharadita de sésamo y ahí le estaríamos añadiendo este nutriente.

Hasta hace unos meses, que empecé a elaborar mis propias leches vegetales, consumía las que venden en los supermercados, que valen bastante caras, y además de que la mayoría llevan muchos aditivos (tipo azúcar, o estabilizantes), pues sinceramente no creo que conserven sus propiedades como la que podamos tomar «recién ordeñada» 😉

Y os vais a sorprender de lo fácilíiiiiiiiiiiiiisimo que es hacer esta leche de almendras en concreto, y cualquier leche vegetal en general. Y bueno… si quieres añadirle aditivos, pues ya ves!! ni mil palabras más!!, añádelos sin problema, y le estarás sumando sabor y otros nutrientes extras. Por ejemplo, podéis ponerle canela (que es mi aditivo favorito), vainilla, ralladura de limón, dátiles… buahhh! y un sin fin de cosas ricas. Esto ya, a gusto del consumidor.

Hablemos un poquito de las almendras, eso sí, usadlas siempre crudas y sin pelar, que es como conservan todos sus nutrientes. Entre otras cosas, podemos comentar que esta leche se digiere muy bien, además ayuda a proteger nuestra pared intestinal (debido a sus fibras solubles e indisolubles), y ayuda a regular el nivel de colesterol, porque está repleta de vitaminas E, D y A, proteínas y calcio, lo que previene y combate la osteoporosis. Y lo mejorrrr…. ta ta ta cháaaan… que es mil veces más barata que la que venden y más rica, y encima se prepara en 5 minutos!! Oeeee oeeee… Son motivos más que suficientes para que la prepares YA!. Ahhh y se me olvidaba algo muy muy importante… si eres intolerante a la lactosa, a qué esperas? Pruébala!

Otra cosilla interesante, es que, como os comenté en el post de los rollitos de acelgas rellenos de setas y garbanzos, podéis utilizar la leche de almendras, y cualquier otra vegetal, para preparar otras recetas, como la bechamel, repostería, salsas, y un montón más… En la mayoría de mis recetas veréis como uso leches vegetales para infinidad de cosas, como por ejemplo los batidos de frutas y verduras que iré colgando más adelante… Es un plus esto de tener siempre en el frigo alguna… Entre otras os mostraré la leche de anacardos, de nueces, de nueces de macadamia, de semillas de girasol,… Más ventajas ya, IMPOSSIBLE!

Os mentí, lo siento!! Hay otra ventaja más!! Síiiiii… y es que la pulpa que sacamos de ordeñar nuestra leche de almendras, la podemos utilizar en la elaboración de patés, salsas, galletas, batidos, guisos… afú… 2X1… así que aún más económica de lo que pensábamos al principio. YO NO TIRO NAICA! Por eso, cuando me preguntan si comer como yo lo hago, es más caro… yo siempre digo que me sale más barato, porque aprovecho hasta las hojas de las zanahorias para hacerme batidos… y encima repercute en el medio ambiente, porque tiro la basura cada 2 o 3 días, y no diariamente… 🙂

VENTAJAS, VENTAJAS Y MÁS VENTAJAS… así que pasemos a la receta ya!

LECHE DE ALMENDRAS

• Cantidad: 1 litro de leche de almendras
• Tiempo: 10 minutos + 8 horas de remojo de las almendras
• Utensilios: batidora potente + colador de tela o tela de filtrado o la chufamix (no es necesaria, pero a mi me ha encantado tenerla, porque ahorra aún más tiempo)

Ingredientes:

• 80 g de almendras crudas sin pelar (podéis aumentar la cantidad al gusto, según si la queréis más espesa)
• 1 litro de agua mineral filtrada o embotellada.
• 1 pizca de sal (esto es para potenciar el dulzor del fruto seco)
• Aditivos opcionales: canela, vainilla, dátiles…

Preparación:

1. Enjuaga las almendras para eliminar el polvo que las cubre.

 2. Ponlas  a remojo para activarlas. Esto te llevará unas 8h, así que es recomendable hacerlo por la noche o por la mañana. En el proceso de “activado” desaparecen los inhibidores de enzimas y las hacemos mas digeribles. También se ablandan y son mas fáciles de triturar. Aquí sí que es importante el agua filtrada o embotellada, ya que las almendras se hidratarán con ella!!

3. Trás las 12 h, retira el agua del remojo e introdúcelas en la batidora (con su piel), junto con la pizca de sal, con 1/2 litro de agua mineral y procesa hasta que estén bien trituradas. Después añade el resto del agua hasta completar el litro y vuelve a triturar. 

4. A continuación cogemos nuestro colador de tela, o bolsa de filtrado (o cualquier tela fina bien limpia sin restos de jabón, como por ejemplo una camiseta o servilleta) y vaciamos el litro de leche dentro del colador poco a poco, eso sí, con un bol grande debajo, y…

5. A ORDEÑAAAAR!!!!!! (como me gusta esta palabra) En este paso hay que estrujar bien la leche dentro del filtro para quedarnos solo con la pulpa dentro del mismo.

6. Y… ya tenemos nuestro litro de leche de almendras sorprendentemente blanquita, suave, densa y rica a reventar. Es el momento de introducirla con un embudo dentro  de una botella de cristal y al frigorífico, donde podemos conservarla, al menos durante 3 días.

 Ah! Os aviso de que si al sacar la botella del frigorífico veis que se ha separado el líquido de la pulpa y queda un poso abajo, ¡no es nada malo! Simplemente agitamos y listo.