Leche de avena

Y ooootra leche!! 😀 Sí, sí, aunque todas se hacen prácticamente igual, hay algunas diferencias, sobre todo, si utilizamos granos de cereal o frutos secos. En este caso, os presento la famosa leche de avena!! Que por petición expresa de una seguidora del blog (María, guapaaaa, y tu niña más!), os la cuelgo hoy, en lugar de más adelante, para resolveros dudillas sobre cómo se hace esta leche en concreto.

Sigue siendo igual de sencilla de hacer que las de frutos secos (leche de almendras, de anacardos…), con la diferencia de que las leches de cereales, si las hacemos con el grano entero, hay que «activarlo», de forma distinta al fruto seco, antes de utilizarlo… En este caso, pondríamos la avena en remojo unas 3 o 4 horas (por ejemplo, después de comer, en un segundico se hace), y después las escurrimos y las dejamos en un colador con un paño encima para que no le de la luz, durante toda la noche (a la hora de la merienda, nos acordamos y hacemos este paso para preparar la leche a la mañana siguiente). En este paso es donde se activan y comienza el proceso de vida de la semilla, comienza a germinar! Así se hace digerible el cereal, evitando tener que cocinarlo, ya que entonces no sería una leche con todos sus nutrientes, porque al someterlo a temperaturas altas, comenzarían a perder propiedades.

 Esto de activar los cereales, tiene el mismo objetivo que cuando activamos los frutos secos. Recordad que los ponemos en remojo durante unas horas, y luego retiramos ese agua para triturarlos y obtener nuestra súper leche! Bueno, pues el fin máximo es hacer que los frutos secos, semillas o cereales, se crean, los muy inocentes :roll:, que van a ser plantados para crecer!! Sí, sí, como lo leéis!! Se emocionan, se «activan» y empiezan a regalar vida, aumentando de manera brutal sus nutrientes!! Tened en cuenta, que son semillas, y que de una semilla sale una planta, y qué es una planta? VIDA! PURA VIDA! Pues eso es lo que nos regalan! No os parece maravilloso? Uff…

La avena tiene muchas propiedades beneficiosas para la salud. Por ejemplo, favorece la flora intestinal, sacia, ayuda a reducir el colesterol, entre otras muchas cosas. Además, es el cereal más equilibrado nutricionalmente, por su gran aporte de carbohidratos, grasas y proteínas. También es rico en vitaminas del grupo B, contiene hierro, calcio, sodio, potasio, fósforo, magnesio, omega 6, cobre, cinc, oligoelementos y avenina, un alcaloide que tiene efecto calmante. Ahhh, y regula el azúcar en sangre! Una de las cosas que más me gusta de la avena, es que me llena de energía, sin sentirme pesada. 

A lo mejor os preguntáis por qué hago la leche con el grano entero, en lugar de con los copos. Pues mirad, en realidad, como os comenté, al principio yo no me hacía las leches, sino que las compraba en el supermercado. Con su preciazo, que no veas cómo se pasan 😡 Y es cierto, que estas que se venden están ricas de sabor, pero claro, caducan en «mil años», y eso es algo sospechoso no? 

El caso, es que yo empecé a hacer esta leche de avena con copos (que están riquísimos, aunque no tienen taaaantas propiedades como el grano entero, ya que están algo procesados)… y no me gustaba la textura que quedaba, porque resultaba algo, y perdonadme la expresión, «babosa» Busqué la manera de que no me quedara con esa textura, y descubrí que con el grano entero la leche queda espectacular! De verdad, exageradamente buena, de hecho su sabor es muuuucho mejor que con la de copos de avena, al menos para mí.

Como con el resto de leches vegetales, podéis hacer combinaciones y tunearlas! Podéis echarle miel de dátiles, canela, vainilla, cardamomo… y cualquier cosa que se os ocurra! Yo personalmente, a no ser que sea un día especial por algo, me suelo hacer la leche sola, y luego cuando me echo mi taza, me añado lo que me apetezca en ese momento… con cacao puro, sin azúcar, está riquísima, uhmmmm!

Y con la pulpa, ya sabéis que se puede utilizar. Eso sí, se supone que la pulpa del grano del cereal es la fibra más difícil de digerir, entonces es mejor utilizarla como si de harina se tratara, para unas galletas, o un bizcocho, que se someten a cocción; pero no para quesos, que se consumen crudos.

Pasamos a ordeñar nuestra «vaca feliz»? XD

LECHE DE AVENA EN GRANO

• Cantidad: 1 litro de leche de avena
• Tiempo: 10 minutos + 4 horas de remojo + 8 horas germinando
• Utensilios: batidora potente + colador y trapo + colador de tela o tela de filtrado o la chufamix (no es necesaria, pero a mi me ha encantado tenerla, porque ahorra aún más tiempo)

Ingredientes:

• 50 gramos de avena en grano (podéis aumentar o disminuir la cantidad al gusto, según si la queréis más espesa)
• 1 litro de agua mineral filtrada o embotellada.
• 1 pizca de sal (esto es para potenciar el dulzor de la avena)
• 1 cucharadita de sésamo, si queremos añadirle calcio.
• Aditivos opcionales: canela, vainilla, miel de dátiles…

Preparación:

1. Ponemos  a remojo la avena en grano, para que se active. Este proceso dura unas 3 o 4 horas.

2. Trás el tiempo de remojo, retiramos el agua y dejamos la avena en un colador, cubierto con un paño, para que no le de la luz, durante unas 8 horas. Aquí es donde la avena se cree que va a ser plantada y comienza a regalar vida aumentanto sus nutrientes a una velocidad de vértigo! 😉

3. Después, introducimos la avena y la sal en la batidora con 1/2 litro de agua mineral y procesamos hasta que esté bien triturada (y el aditivo extra que queráis añadir, como el sésamo). Después añade el resto del agua hasta completar el litro y vuelve a triturar.

4. A continuación cogemos nuestro colador de tela, o bolsa de filtrado (o cualquier tela fina bien limpia sin restos de jabón, como por ejemplo una camiseta o servilleta) y vaciamos el litro de leche dentro del colador poco a poco, eso sí, con un bol grande debajo, y…

5. A ORDEÑAR!!! XD En este paso hay que estrujar bien la leche dentro del filtro para quedarnos solo con la pulpa dentro del mismo.

6. Y… ya tenemos nuestro litro de leche de avena, con un sabor, una textura y un color que maaaaadre mía! Es el momento de introducirla con un embudo dentro  de una botella de cristal y al frigorífico, donde podemos conservarla, al menos durante 3 días.

 Ah! Y como siempre, en los posts de las leches vegetales, os aviso de que si al sacar la botella del frigorífico veis que se ha separado el líquido de la pulpa y queda un poso abajo, ¡no es nada malo! Simplemente agitamos y listo. Aunque según algunas seguidoras del blog, me confirman que no les da tiempo a ver el poso, porque se la beben antes jajaja…

Disfrutadla!! A vuestra salud! Y salud de la de verdad 😉