Tarta raw de zanahoria y chocolate de naranja

Feliz sábado!!! Cómo estáis? Yo, personalmente, llevo un tiempo sintiéndome muy, pero que muy bien… con una paz interior espectacular… creo que esa es la verdadera plenitud, la emoción más equilibrada 🙄 . Porque, como leí una vez en un libro, «El camino de las lágrimas» de Jorge Bucay, que me ayudó mucho durante la enfermedad de mi padre, y después… decía, que se puede no ser feliz, pero sí sentir paz interior. A ver, mi interpretación fue en ese instante… que mi padre estaba enfermo, y por lo tanto, no podía estar feliz por ello, pero sí podía tener paz, porque estaba haciendo todo lo que estaba en mi mano y además, estaba aceptando la situación tal y como venía… Y de nuevo, aparece aquí un término, que a mi me parece brutal: EQUILIBRIO, encontrarnos en nuestro centro, sentir que todo está donde tiene que estar, y que la perfección existe! Sí, existe! Todo es tal y como debe ser, de la forma que es, en el momento que es, y lo que es… y eso es, para mí, la bella perfección. En fin, que como me líe con estos temas, no paro! XD

En honor a esta plenitud que siento, os invito a saborear un momento de placer absoluto, que me transmite sensaciones y emociones de amor, belleza, sencillez, dulzura, sensualidad… y un sinfín de vibraciones positivas, que viví mientras elaboraba esta Tarta crudivegana de zanahoria y chocolate de naranja… BRUTAL. Os lo aseguro… En la foto que he puesto arriba, he intentado transmitir lo que os acabo de contar… Espero haber llegado a vosotros de la misma manera ❤ No es la foto en la que mejor se ve la tarta en sí, para eso os pongo más abajo otras, pero es la foto que dice mucho, de manera global, sobre todo lo que os cuento. Además, quiero agradecer a Lola, mi compi de trabajo, a la que admiro y quiero cada día más, que me «iluminara», cuando me dijo, que la tarta tenía un toque moruno y que podría transmitirlo en la foto, tal y como lo he hecho. Ha quedado espectacular!! Mi compañera Lola, es una superwoman, como muchas de nosotras 😉 y quería aprovechar este post, para agradecerle todo lo que me ayuda en muchísimos aspectos, laborar, personal, en el blog (catadora oficial de mis recetas jajaja, y ya casi asesora de fotografía)… en fin, una pedazo de persona, con la que es un verdadero placer trabajar, gracias Lolica! Y no sigo, que me pongo sensiblona y os dejo sin receta al final.

 No es la tarta con la mejor pinta del universo, es lo que tiene hacerlo todo a mano, artesanal, a más no poder XD . Pero os aseguro, que el sabor es espectacular, las texturas, el aroma que desprende… Además, lo incluyo dentro de la categoría «crudo», «raw» o «crudivegano», como más rabia os dé. Por lo tanto, conserva todas sus propiedades intactas (enzimas, vitaminas, minerales…), porque como os conté, a partir de cierta temperatura (42ºC), los alimentos empiezan a perder nutrientes, o a transformar los que tienen, volviéndose perjudiciales para nuestra salud. Os tengo que confesar, que cuanto más estudio y profundizo en mi formación como asesora nutricional (o health coach, como se denomina ahora), mi porcentaje en alimentación crudivegana va en aumento!

Otra característica importante… es dulce sin culpa y sin gluten, porque no lleva endulzantes químicos, es decir, ni azúcar, ni sacarina, ni nada que se le parezca, y no lleva trigo, ni harinas refinadas, ni lácteos. Está endulzado, en este caso, con dátiles y sirope de ágave. Y además, está hecha con verdura y fruta, ya que la base es pulpa de manzana y zanahoria. No me digáis que sabiendo esto, no es un lujazo, poder contar con postres como este, y ponerlos en vuestra mesa, invitar a amigos o familiares, y dejarlos «flipaos». Porque, cuando te lo comes, jamás piensas, que no lleve azúcar, o que no esté hecho con lácteos o harinas refinadas, y mucho menos que lleve fruta o verdura. Así que, añadid esta tarta a vuestra lista de superpostres! Toma, que toma, que toma, que toma, que toma, que toma, que toma, que toma tá! Ta tá!… Creo que lleva todos los «que toma», y ponedle el tonillo, que si no, esto queda regular eh? Además, hoy es el día de Andalucía, y como buena andaluza, un homenaje, aunque sea arrítmico.

Las propiedades de esta tarta, las voy a centrar en los dos ingredientes más significativos que lleva, que son: la zanahoria y el chocolate. Mezcla explosiva! 😛

Las zanahorias son una mina de oro en nutrientes!! Contienen una cantidad asombrosa de fitoquímicos, de los cuales, todos ayudan al cuerpo a funcionar mejor. Los fitoquímicos son sustancias naturales encontradas en frutas, verduras, y nueces, que proporcionan beneficios a la salud humana. La zanahoria también es rica en betacaroteno y minerales como calcio, hierro, potasio, fósforo y vitaminas, como las B, C, D, E y ácido fólico. Y también ayudan a proteger contra los rayos perjudiciales del sol… Así que, introduzcamos las zanahorias crudas a nuestra dieta, en ensaladas, zumos, batidos, tartas!! Uhmmm  Tengo varios batidos, zumos y recetas en crudo con zanahoria, que os van a sorprender 😉 De hecho, esta tarta está elaborada con la pulpa del zumo de zanahoria y manzana, que me suelo hacer, y que si aún no sabéis cómo, podéis leer la receta de Zumo verde de hinojo, y se haría exactamente igual, pero con unas 4 zanahorias y 1 manzana, de donde extraeríamos el jugo, y nos quedaríamos con la pulpa, para esta tarta rica!

En cuanto al cacao, como os dije en el post de Batido de chocolate con estevia o los bombones crudiveganos de chocolate y nueces, tenemos que diferenciar el cacao, del chocolate, ya que, este último puede contener un mayor o menor porcentaje de cacao. Cuanto más cacao contenga, más disfrutaremos de sus propiedades saludables. También es importante destacar que el cacao es estimulante, así que no hay que abusar de él… con una onza al día, o una cucharada, tendríamos sus beneficios, pero no sus perjuicios. Una de las cosas curiosas que he aprendido en este tiempo de investigación y que tiene toda la lógica del mundo, es, lo sabia y perfecta que es la naturaleza. Nos da todos lo que necesitamos para tener un estado de salud impecable… otra cosa es lo que nosotros hacemos con ella, y lo que la manipulamos, haciendo que nuestra salud empeore por momentos. Pues, una de estas cosas que me llamaron la atención, es que los alimentos amargos, tienen una razón de ser curativa… es decir, tienen un sabor amargo para que cualquier animal, incluido el humano, ingiera la cantidad justa para que actúe como medicina, y no abusemos de ellos. El problema es, que la industria alimenticia (ays, el interés económico, por encima del interés por la salud 😡 ), ha manipulado de tal forma los alimentos, que los comemos de manera excesiva, o todo lo contrario, dejamos de consumirlas. En el caso del chocolate, al introducirle ingredientes, tales como la leche o el azúcar, hace que este sabor amargo se camufle, y seamos capaces de comer más cantidad de lo recomendado por el mejor médico, que es la naturaleza. Y es ahí donde viene el mito, de que el chocolate es malo para la salud… claro que lo es!! Con todos los aditivos que les meten, no percibimos el amargor y somos capaces de hincharnos de él, además de introducir ingredientes químicos, intoxicando nuestro organismo… No me digáis que no tiene todo el sentido del mundo!! Poco a poco os iré informando de este tipo de cosas, para echaros una mano en vuestra transición a un tipo de dieta más saludable.

Por todos estos motivos, cada vez estoy más implicada en este blog, porque quiero transmitir tanta información, como voy adquiriendo, con tanta ilusión y con tantas ganas de poner mi granito de arena, para cambiar algunos mitos sobre la alimentación y ser una activista pura de la vida saludable. Diooooos!! Cómo puedo disfrutar tanto con esto?? Mucho más de lo que imagináis! En mi sección Curioseando, os conté, que por fin he encontrado mi razón de ser en esta vida, y eso es una lotería absoluta! Ya os iré pasando consejos, trucos y estrategias, que a mi me han venido genial para encontrarme conmigo misma, y aprender a escucharme… y sigo en ello… es una tarea de por vida, y la buena noticia es… que es posible!!! Ouhhhh Yeahhhhh 😉

Y ya síiii, os presento una de las recetas, que mejor me ha hecho sentir en la cocina!

TARTA RAW DE ZANAHORIA Y CHOCOLATE DE NARANJA

• Cantidad: 1 tarta para unas 6 u 8 personas
• Tiempo: 25 minutos + tiempo que necesitan para que solidifique el chocolate (una hora aprox.)
• Utensilios: batidora + olla + utensilio para baño maría + molde para tarta (o un tupper amplio)

Ingredientes para la base de la tarta:

• 1 taza de pulpa de zumo de zanahoria. Si no sabéis cómo, podéis leer la receta de Zumo verde de hinojo, y se haría exactamente igual, pero con unas 4 zanahorias y 1 manzana, y unos 350 ml de agua. Extraeríamos el jugo, y nos quedaríamos con la pulpa, para esta rica tarta! Y si no podéis, o no tenéis tiempo, trituráis las zanahorias con la manzana. Si veis que queda demasiado seco, le añadís el zumo de media o una naranja, hasta que quede la textura de pulpa, es decir, húmeda, pero que no chorree 😉
• 10 dátiles remojados durante, al menos, una hora, para que sea más fácil triturarlos.
• 1 taza y media de nueces sin remojar (podéis sustituir por otro fruto seco, como almendras, avellanas…)
• 1 cdta. canela
• 1/4 cdta. nuez moscada

Ingredientes para la cobertura de la tarta:

• 1 taza de nueces de macadamia remojadas un par de horas (podéis sustituir por otro fruto seco, como almendras, o nueces…)
• 1/4 de taza de sirope de ágave (podéis echarle otro endulzante, como melaza de cebada, o miel si no sois veganos).
• Ralladura de 1 naranja
• Zumo de media naranja
• 20 g de manteca de cacao
• 20 g de cacao puro
• Coco rallado para decorar

Preparación de la base de la tarta:

1. Mirad qué difícil 🙄 … Echamos todos los ingredientes de la base de la tarta en nuestra batidora, excepto los dátiles que iremos introduciendo poco a poco para que no se atore la mezcla, y vamos batiendo hasta que quede una consistencia cremosa. En caso de que quede muy húmeda, y no la podáis manejar (ya que debe quedar jugosa, pero no que se nos desmorone con solo mirarla), le añadís más nueces sin problema. Y probáis, para ver si está el dulce a vuestro gusto… en caso de que no, podríais añadir más dátiles.
2. Una vez tenéis la mezcla hecha, cogéis el molde donde vayáis a presentar vuestra tarta. Lo importante es que tengo algo de profundidad, para poder extender nuestra base sin problema. Pues eso, introducimos la mezcla, y vamos extendiendo, con la ayuda de una lengua de silicona, hasta que quede más o menos uniforme… ya veis que mi tarta no ha quedado impecable, pero mola que quede así, caserilla! 😉
3. Reservamos la base en el frigorífico, mientras hacemos la cobertura.

Preparación de la cobertura de chocolate de naranja:

1. En el vaso de nuestra batidora, echamos todos los ingredientes, excepto la manteca de cacao, y el cacao. Trituramos hasta que quede una masa con trozos muy, muy pequeños (tipo grano de pimienta). Reservamos esta mezcla. 
2. A continuación, ponemos una olla con un par de dedos de agua a calentar, pero no dejamos que hierva. Ya que, para que el chocolate no amargue, y se quede brillante, y sea crudivegano, no debemos fundir la manteca de cacao a más de 42 grados. Para eso, si no tenemos termómetro de cocinar, se sabe, más o menos que está a dicha temperatura, cuando el agua presenta burbujitas, pero sin hervir. Yo, para que os hagáis una idea, en la vitrocerámica, yo lo pongo al principio al máximo, y en un minuto, que empiezan a asomar las burbujas, lo bajo casi al mínimo (mi máximo es el 9, y lo dejo después en el 2).
3. Ponemos el utensilio para el baño maría en la olla (que no toque el agua, porque subiría la temperatura, aunque lo más importante es, que el agua no hierva!!). Y, en este momento echamos la manteca de cacao en el recipiente, y con una lengua de silicona vamos removiendo suavemente (tarda un ratito) hasta que se funda del todo. La manteca de cacao tiene el color del chocolate blanco, y cuando funde, se queda como si fuera aceite vegetal, transparente y amarillento.
4. Ahora, echaríamos el cacao en polvo, y seguimos removiendo con la lengua de silicona suavemente, hasta que no quedan grumos. En este paso, iréis observando, como se va quedando con una textura de chocolate fundido caliente, que… ufff, uhmmm… pintón!
5. Una vez tenemos todo fundido y sin grumos, echamos sobre el chocolate caliente, la mezcla reservada anterior y mezclamos, hasta que se haga una masa pegajosa, pero compacta.
6. A continuación, sacamos nuestra base de zanahoria del frigorífico, y, con mucho cuidado, vamos extendiendo la mezcla de chocolate. Y digo con cuidado, porque como la base es blanda, aunque compacta, si apretamos mucho, estropearemos el aspecto de la tarta. Y una vez terminada esta parte, echamos el coco rallado por encima, para decorar y volvemos a introducir la tarta en la nevera, durante un rato. Cuanto más tiempo mejor, porque se integran más los sabores, pero vamos, recién hecha está INCREÍBLE!! 😛 No podréis parar!!!! Ñammmm ñammmmAdemás, dura varios días en la nevera! Si es que sois capaces de mantenerla claro! XD Disfrutadla, y porfa, si os atrevéis a hacerla, que os animo desde aquí (os estoy haciendo la ola, pero no me véis 😉 )… contadme qué os parece. Pero ya os garantizo, que está IM PRE SIO NAN TE. Y resaltar el toque de naranja en el chocolate negro… ufff, SIN PALABRAS!

Un besazo gigante, y solo por HOY sed felices! ❤